viernes, 15 de octubre de 2010

Mi primera experiencia en la cocina

Una vez conseguidas las pruebas físicas de mi primera experiencia en la cocina, paso a relatarla.

Antes, haré una pequeña introducción diciendo que mi madre había comprado un filtro para la campana extractora, como este:
Léase IGNIFUGO en letras muy grandes y rojas. Imagen cortesía del señor Google.

Es una parte muy relevante de la historia que conviene no olvidar. Prosigo:

Mi primera vez en la cocina, mi primera cena hecha por mi misma. Estaba nerviosa y emocionada a la vez, ¡ajá! por fin le podría demostrar a mi madre que no era tan desastre como parecía.
Iba a cenar acelgas rehogadas, y además empezaba con una pequeña (gran) ayuda: mi madre YA ME LAS HABÍA COCIDO EN CASA, y me las había metido en un "tupper" (no sé como se escribirá, pero yo de ahora en adelante en este blog, escribiré "taper").
Repetiré: Acelgas rehogadas. YA cocidas. SOLO REHOGAR. ¿Qué puede salir mal? ¿¡QUÉ PUEDE SALIR MAL!?

- Nada - me dije yo. Pero claro, si así hubiese sido, no estaría escribiendo esto.

Puse aceite a calentar en una sartén, le eché un diente de ajo, y mientras se doraba, saqué mis acelguitas del taper y las escurrí. Aunque casi no tenían agüilla, pero yo lo hice.
Lo siguiente que recuerdo es estar yo felizmente silbando, echando mis acelgas en la sarten, y al momento siguiente, ésta empezó a arder. LITERALMENTE.

Yo me quedé blanca. ¿QUÉ? ¿PERO CÓMO HA OCURRIDO ESTO? Mi cocina parecía el infierno, el fuego de la sarten iluminaban la estancia como si de una lámpara de aceite (y nunca mejor dicho) se tratase, y la campana era pasto de las llamas.

Tardé un pelín en reaccionar por el shock de la situación, pero contuve las lágrimas que ya empezaban a aflorar en mis pobres ojitos resplandecientes por la sartén llameante, y arrojé suavemente una bayeta húmeda sobre el fuego. (¿Por qué no puse una tapa encima de la sartén como hubiese hecho Karlos Arguiñano, como dijo en un programa que ví SEMANAS después? Porque no se me ocurrió. Ea, soy lenta).

El fuego se extinguió al instante, e intenté limpiar la parte ennegrecida de la campana pero sólo conseguí quitar lo de los azulejos.
Y si os preguntabáis por el filtro, aquí podéis apreciar su poderío ignífugo:

De este material están hechos los trajes de los pilotos de Fórmula 1 :D

Por cierto, mis acelgas no se quemaron, salieron muy ricas. Pero como estaba muy triste, me las comí sin ganas. Y ésta situación traumática me produjo un miedo y una depresión que creo que por eso me salió el huevo tan feo que os enseñé el otro día.

PD. La sartén había salido ardiendo porque eché las acelgas sin bajar el fuego, y alguna gotilla de agua habría. O eso creemos.

(De verdad, no soy tan tonta como aparento... hay cosas que se me dan bien... como por ejemplo, contar situaciones avergonzantes de mi vida por internet)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si es que te pasa de todo!

Unknown dijo...

jejeje pobrecita mia, para la proxima ya sabes que agua + aceite caliente igual a llamaradas procedentes del mismo infierno (si mal no recuerdo es asi como se inventaron los griegos, me parece, el fuego de prometeo, ya que cuanta mas agua hechaba el enemigo sobre el fuego que incendiaba sus casas mas se avivaba el fuego).

sigue intentandolo que lo estas haciendo muy bien vecina.

un besote wapa